junio 30, 2013

No llores. No sufras; es simplemente fútbol

Una pesadilla. Una selección lejana al espectáculo mostrado 5 años atrás. Alejados de la concentración y del toque habitual del balón. Una lección de humildad quizá para muchos jugadores de la Roja y para muchos aficionados también.

Del otro lado; una selección que pasó de ser una visión a una idea materializada hoy dentro del terreno de juego. Especulaciones; muchas. Resultados; uno solo.

Al final, muchos considerarán o se harán la interrogante de siempre: ¿porqué sufrir por un simple partido de fútbol?

Y de vez en cuando, la gente te lo dirá: No te pongas así, es solo fútbol.

Pero entonces tú tendrás que tomar fuerzas y salir a dar la cara por el deporte que consideras "el más hermoso del planeta". Y tendremos que explicarles que no se trata de un simple partido de fútbol, sino que va más allá de la comprensión cotidiana, de la idea material, de lo tangible y de lo real.

El fútbol con todo y sus actores y el espectáculo es parte de nuestras vidas, algunos de nuestros momentos de más orgullo han sido gracias al fútbol y asimismo muchas horas de nuestra tristeza han sido consecuencia del propio fútbol.

Pero también en aquellos días de oscuridad y de lamentos, el fútbol ha sido la mejor medicina que te ha podido sacar de ese trance.

Y además de todo eso, a veces la única razón para superar el día a día ha sido el imitar a los 11 jugadores que durante 90 minutos de juego arriesgan el físico y aterrizan la idea de no solo ganar sino de triunfar para si mismos pero más aún para la afición que es el verbo rector de este deporte.

Por tanto esto no es solamente simple fútbol, esto es un estilo de vida que para bien o para mal de aquellos que no lo entienden, de alguna u otra forma algún día tocará sus vidas y se verán inmersos dentro de este deporte que es en verdad el más hermoso del planeta.


junio 09, 2013

DEL PROPIO PERFECCIONAMIENTO #30



¿Qué esperas para juzgarte digno de grandes empresas y para tener la postura de no herir la recta razón? ¿Acaso no conoces ya los preceptos que debías aceptar y que has aceptado? ¿Por qué, entonces, vas demorando siempre el instante de corregirte, como si esperaras la llegada de un maestro que nunca llega? Piensa que ya no eres un niño, sino un hombre. Si te olvidas, si te distraes, si amontonas una resolución sobre otra, si pospones el día en que te ocupes de ti, pronto llegarás a una edad en que, a pesar tuyo, no habrás progresado nada. Asi perseverarás en tu ignorancia toda la vida, incluso después de muerto. ¡Ánimo, pues! Comienza a juzgarte desde este día digno de vivir como un hombre; pero como un hombre que ya ha hecho algunos adelantos en el terreno de la sabiduría y, que desde este instante, todo lo que te parezca verdaderamente hermoso y bueno sea para ti como ley inviolable. Y si algo ingrato o agradable, vergonzoso o glorioso se te ofrece, recuerda que existe el combate abierto, que los juegos olímpicos te llaman y que no es momento de retroceder. Y no olvides que de un solo instante, de un solo acto de valentía o cobardía depende tu triunfo o tu derrota.