La mañana del 18 de octubre de
2010 José Manuel de la Torre Menchaca, mejor conocido como “Chepo” de la Torre
supo que era el comienzo de un trayecto impredecible en su vida y en su
carrera.
Ese día, este singular personaje fue
nombrado el nuevo entrenador de la Selección Mexicana de Fútbol. El 9 de
febrero del 2011 tuvo su primer partido al frente del seleccionado tricolor,
compitiendo contra Bosnia Herzegovina; en el cual se impuso con un marcador de
2-0.
Pero eso fue antes. El antes
siempre sirve como una necesaria imagen para poder generar una comparación con
el hoy, con el presente, con lo actual.
Y es en el medio futbolístico,
como en otros pocos donde ese actuar no puede ser manipulado para crear una
imagen diferente o irreal de los hechos sucedidos al paso de los años.
La caja de Pandora fue abierta;
pero hasta el día de hoy y hasta esta hora no se sabe aún cuál fue la razón
para hacerlo. La sociedad futbolera dirá que fue culpa del técnico, otros dirán
que ese peso lo llevan los jugadores y las actitudes tanto deportivas como
extra cancha y unos más se atreverán a decir que el verdadero culpable se
encuentra en la directiva de una Federación Mexicana de Fútbol que no da
resultados positivos.
Francamente ni yo lo sé. Tras revisar
los números, esos que nos gustan a unos y que a otros no tanto, pues de alguna
u otra forma las matemáticas son indispensables también en este medio; me
percate de que a partir de 2012 cuando el Tricolor comenzó a mostrar cierta
tendencia hacia el empate, hacia la falta de goles y hacia la mismísima derrota.
Tan solo en el año 2011, la
Selección al mando de José Manuel de la Torre consiguió ganar once juegos,
empatar cuatro y perder uno solo; tras marcar 38 goles y recibir solo 10
tantos. Vaya año.
Para el 2012, que es cuando
mostró los primeros signos de la tragedia que ha ocurrido esta noche; sumó nueve
encuentros ganados, dos perdidos y ningún empate, anotó 21 goles y recibió solo
6.
Y cuando comenzó el 2013 y hasta
la fecha solo logró ligar cinco juegos ganados, cuatro derrotas y ocho empates; para sumar 17 goles a favor y
recibir 15 en contra.
Quizá pudiéramos rescatar un poco
de lo mostrado el año pasado, pero reitero que hubo algo que inició esa debacle
que nos ha traído hasta el día de hoy; a una derrota sin precedentes. El similar
de nuestro seleccionado nacional; Panamá mostró gran destreza dentro de la
cancha, aguantando el empate y poniendo punto final tras un gol de Román Torres
quien al levantarse por el aire y por medio de la cabeza, mando al frente a los
Canaleros y logrando así lo impensable.
El llamado Gigante de CONCACAF
cayó en la semifinal de la Copa Oro. Sin embargo esta caída pesa mucho más,
pues tuvo una oportunidad de mostrar algo diferente en el torneo que se disputo
antes de este; refiriéndome claro a la Copa FIFA Confederaciones; el telón
previo al Mundial que se realizará en Brasil el año que viene. Y sin embargo,
se mostró una pobre actuación tras ganar un solo partido ante Japón y perder
dos ante Brasil e Italia respectivamente.
Por si fuera poco las cosas no
pintan color de rosa en la Eliminatoria del Hexagonal Final para Brasil 2014;
pues al mando del Chepo, el equipo ha conseguido cinco empates y una sola
victoria, tras anotar 3 goles y recibir 2.
Las dimensiones de lo que sucedió
en cierto tiempo y espacio serán dichas a la posteridad por quienes tenemos el
privilegio de contar con la información que llega a diario sobre el mundo del
balompié y su efecto en la sociedad y en el inconsciente colectivo.
Lo que sucede aquí es solo una
forma de analizar el “cómo sucedió” para luego poder crear o descubrir el “por
qué sucedió”, y entonces la razón se impondrá a los datos y podremos dilucidar
al final un enorme paseo de hechos que finalmente nos llevarán a la verdad.
El día de mañana José Manuel de
la Torre despertará y tendrá que decidir lo que ya está en la mente tanto de
él, como de sus jugadores, de la directiva de la FemexFut y más aún del gran
jurado que es la afición misma.
Lo que sucedió desde su inicio y
hasta hace unas pocas horas establecerá el parámetro para darle un lugar e
incluso para definir la sentencia para el técnico y los jugadores. El antes y
el después reunidos en uno solo, será el que desgraciada o afortunadamente fije
el destino para los actores de esta historia que si bien inició con un buen
trayecto, fue declinándose hasta llegar a una fatídica falta de comunicación,
de claridad y de ideas tanto en el terreno de juego como en el ambiente fuera
de las canchas.
"La
responsabilidad de un técnico es dar alegrías, aunque muchas veces no se puede
tener contentos a todos”.
Que la afición
te juzgué por tus actos Chepo. Como dije; el antes y el después definirá si se
abre la válvula de escape o si aguanta cerrada un poco más.