diciembre 31, 2013

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El último día de este 2013. 


Me he levantado un poco enfermo debido a la aventura que emprendí hace un par de días y por la cual no estoy ni siquiera un poco arrepentido. Pero miro por la ventana el cielo tan azul y con esas nubes tan perfectamente contoneadas que sólo hago una cosa: sonrío.


Y esa sonrisa existe gracias a muchas cosas. Cientos de circunstancias, acciones, hechos y momentos que a lo largo de estos 365 días, la vida y Dios mismo me permitió disfrutar.


Triunfos y fracasos, caídas, tropiezos…pero siempre levantándonos de los mismos, pues gracias a esa fuerza de voluntad y de seguir adelante; es lo que nos evita claudicar.


Mi deseo para este año nuevo que comienza en un par de horas, es simple pero a la vez complejo, es algo que no sólo deseo para mi persona sino que también quiero compartir para con ustedes.


¡Vivir según lo que tú dices, buscando ese atisbo de entusiasmo, ese ánimo de emoción sin el cual vivir no tiene sentido!


Para algunos será difícil y para otros no tanto, pero nunca imposible. Sólo vivan y a veces dejen vivir. 

Despierten cada mañana deseando no tener nada más que la vida y la de los que les rodean.


Compartan sus pasiones, sus sueños, sus ideales, luchen por sus metas y sus sueños, no se aferren a la victoria siempre pues también tendrán que aprender de las derrotas. No se queden estáticos ante los fracasos, al contrario, luchen por salir de ellos, rescatando lo más positivo de ellos.


¿Recuerdan lo que les compartí? Somos partículas en un espacio infinito, esperando colisionar unas con otras y con derivado de ello formar algo más grande, olviden el intelecto y escuchen a veces a su corazón. Bueno, entonces este 2014 hagan eso. Formen historias sin fecha de caducidad con otras personas. Amen a sus seres queridos, a sus familiares, a sus amigos.


Diviértanse sin perder la noción de quiénes son y que los ha traído hasta aquí. Y así, al final de todo, como lo es en este momento; echen un vistazo atrás pues sólo eso les podrá condicionar a mirar como yo el cielo…y entonces sonreír.


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diciembre 15, 2013

Reescribiendo la Historia

El hombre comunitario se junta con sus amigos a disfrutar de un partido. Si pertenece a algún color, lo apoya; si no es así, tiene el total derecho de seguir admirando el rodar del balón. Se junta con el resto, porque es donde siente que su voz se aprecia y que además reconoce que el valor de estar ahí es inapreciabl

Hoy jugaron dos equipos, sin embargo y como siempre lo he dicho; la historia es escrita por los vencedores y en muy pocas ocasiones, lo es por los perdedores.

Por un lado un equipo que se colocó como el superlíder del Torneo y que además traía consigo la ilusión de un bicampeonato.

Del otro lado de la cancha; un conjunto que a pesar de tener solamente dos años de haber conseguido regresar al máximo circuito del fútbol mexicano, demostró que aprendió de la situación nada agradable que es jugar en la liga de Ascenso y que con un grupo de jugadores que "juegan" de verdad a un fútbol ofensivo y poco visto en nuestro país, han logrado lo que pocos han hecho: conseguir un título aún con las circunstancias antes descritas.

Mi reconocimiento para todos mis amigos que apoyaban a cualquiera de los dos equipos. Es en estos momentos donde se ve premiado ese deseo por vivir, y junto a sus símiles también compartir la derrota de su equipo. Es donde se conoce a fondo el arte de sufrir; en lugar de estar anestesiado como el hombre que prefiere el negocio y el aspecto económico de un deporte que trae sorpresas y aprendizajes muy significativos en la vida de los verdaderos hinchas y aficionados.