La juventud no está hecha para el placer sino para el heroísmo.
- Paul Cladel
Inquietos, temerarios, con espíritu
de aventura, dispuestos a desafiar su presente y forjar su futuro; con el valor
de lograr ser quienes son a pesar de las criticas, de las circunstancias y de
los escépticos.
Contar con la capacidad de abrir
nuevos caminos frente a sí mismos, probar lo nunca antes intentado o bien
innovar lo ya realizado, ser libres y dirigiendo sus vidas al destino que han
elegido.
Ser joven significa en gran parte
todo eso.
El escenario pintaba para un
partido con miras a resarcir el daño causado por el rival, en los primeros
embates. El resultado; trágico pero con mucho que rescatar. Futbolísticamente,
nuestro país no vive los mejores momentos. Estamos a la espera de dos
encuentros que decidirán si la Selección Mexicana obtiene o no un boleto para
incursionarse el próximo año a tierras brasileñas y mostrar su rendimiento
frente a los mejores. Pero ellos…ellos son otra historia. La que nos ocupa está
noche ha sido basada en una serie de travesías que nos han permitido soñar por
un rato más y que nos han devuelto durante 90 minutos esa ilusión que nos fue
robada recientemente.
Nuestro sueño no será perturbado
por selecciones como Irak, Suecia, Italia, Brasil y más recientemente;
Argentina.
La Selección Mexicana Sub 17
(campeona mundial dos veces en dicha categoría) se ha levantado de un duro
golpe ante su similar Nigeria, tras haber iniciado con el pie izquierdo este
torneo y luego de recibir nada más y nada menos que seis goles en la portería
tricolor. ¿Escépticos de que se pueda levantar tras una derrota así? Muchos. Y no
es para negarlo, pero nuestra naturaleza empírica nos lleva a eso. La experiencia
que hemos tenido con la Selección mayor nos hace ver que unos simples chavos no
van a lograr salir de ese estancamiento inicial y menos contra selecciones de
otro nivel.
¡Oh bendita sorpresa! ¡Oh bendito
fútbol! Esos chavos, esas personas sin experiencia y sin el conocimiento que la
vida misma nos otorga, nos han dado una lección valiosísima. Han sobrepasado
todas las pruebas que se les han puesto y se han logrado colocar una vez más en
la mismísima final.
Consiguieron colocarse en el
segundo peldaño de su grupo y después atravesaron las líneas de fuego impuestas
por Italia, Brasil y Argentina, para lograr lo que pocos creían y aplastar el
paradigma de lo que muchos decían: llegar hasta la final, lo cual les ha valido
el reconocimiento y por qué no las críticas de algunos “profesionales” que han
afirmado que “no es lo mismo”.
Y vaya que tienen razón. No es lo
mismo, ni siquiera se asemeja a lo experimentado a nivel superior. Pero aún así
han demostrado ser mejores que algunos de esos profesionales. El cómo, ni yo
mismo logro concebirlo completamente, pues sólo veo una cosa que distingue a
esos jóvenes aventureros: la ilusión en sus pupilas.
Gudiño, Wibias, Terán, Rodríguez,
Hernández, Aguirre, Rivas, Govea, Jaimes, Díaz, Ochoa…nombres que serán
recordados por mucho tiempo. Quizá algunos se lleguen a perder, pero es tarea
de cada uno de nosotros otorgarles la importancia que se merecen y el
agradecimiento por enseñarnos que sí podemos, que si caemos la vida nos da la
posibilidad de levantarnos, de mostrar un mejor rostro a la adversidad y de no
intimidarse ante los rivales y obstáculos que se pongan enfrente.
Esos jóvenes guerreros,
soñadores, aventureros, alegres, impetuosos y conscientes del peso que llevaban
no por una simple camiseta, sino por el significado, el orgullo y las millones
de almas que representan, dieron todo de sí y sin embargo se toparon con su
primer rival el cual les encajo tres goles para coronarse como nuevos campeones
del mundo y obligando así a los primeros, a ceder el trono dorado que
obtuvieron por última vez en 2011.
Si bien se desesperaron al ver
ese escenario, las aspiraciones y metas, los sueños y objetivos que cada uno de
ellos guarda dentro de sus corazones, las imágenes y los rostros de sus
compañeros, amigos y hermanos en el fútbol y que han conseguido grabar en sus
memorias, serán la respuesta que haga posible lo imposible…no podrán dejar de
ser jóvenes.
Vayamos a dormir contentos y con
una chispa de esperanza. La tristeza, no cabe en este momento, pues once
jóvenes nos han mostrado que hay futuro, que tenemos posibilidad de cambiar las
cosas si creemos fielmente en nuestros objetivos, en nuestras metas y si
conseguimos esa concreción de ideales. Sólo así podremos devolver esa pasión a
nuestros espíritus y por qué no, volver a sentirnos jóvenes una vez más.
Bien por el artículo, la selección de Nigeria es la máxima ganadora de esta competencia, así que los Jóvenes Mexicanos sabían que era un partido difícil, uno de los dos tenía que ganar y parece que a pesar del empeño de los nuestros, en esta ocasión ellos estaban mejor preparados y cuándo digo "ellos" me refiero a todos los elementos que se tienen que engranar en esta división del futbol para preparar y guiar a esta selección, y estoy de acuerdo que el espíritu de lucha y los sueños no pueden estar ausentes de los jóvenes.
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