diciembre 31, 2013

Página 365 de 365



El último día de este 2013. 


Me he levantado un poco enfermo debido a la aventura que emprendí hace un par de días y por la cual no estoy ni siquiera un poco arrepentido. Pero miro por la ventana el cielo tan azul y con esas nubes tan perfectamente contoneadas que sólo hago una cosa: sonrío.


Y esa sonrisa existe gracias a muchas cosas. Cientos de circunstancias, acciones, hechos y momentos que a lo largo de estos 365 días, la vida y Dios mismo me permitió disfrutar.


Triunfos y fracasos, caídas, tropiezos…pero siempre levantándonos de los mismos, pues gracias a esa fuerza de voluntad y de seguir adelante; es lo que nos evita claudicar.


Mi deseo para este año nuevo que comienza en un par de horas, es simple pero a la vez complejo, es algo que no sólo deseo para mi persona sino que también quiero compartir para con ustedes.


¡Vivir según lo que tú dices, buscando ese atisbo de entusiasmo, ese ánimo de emoción sin el cual vivir no tiene sentido!


Para algunos será difícil y para otros no tanto, pero nunca imposible. Sólo vivan y a veces dejen vivir. 

Despierten cada mañana deseando no tener nada más que la vida y la de los que les rodean.


Compartan sus pasiones, sus sueños, sus ideales, luchen por sus metas y sus sueños, no se aferren a la victoria siempre pues también tendrán que aprender de las derrotas. No se queden estáticos ante los fracasos, al contrario, luchen por salir de ellos, rescatando lo más positivo de ellos.


¿Recuerdan lo que les compartí? Somos partículas en un espacio infinito, esperando colisionar unas con otras y con derivado de ello formar algo más grande, olviden el intelecto y escuchen a veces a su corazón. Bueno, entonces este 2014 hagan eso. Formen historias sin fecha de caducidad con otras personas. Amen a sus seres queridos, a sus familiares, a sus amigos.


Diviértanse sin perder la noción de quiénes son y que los ha traído hasta aquí. Y así, al final de todo, como lo es en este momento; echen un vistazo atrás pues sólo eso les podrá condicionar a mirar como yo el cielo…y entonces sonreír.


Página 365 de 365




diciembre 15, 2013

Reescribiendo la Historia

El hombre comunitario se junta con sus amigos a disfrutar de un partido. Si pertenece a algún color, lo apoya; si no es así, tiene el total derecho de seguir admirando el rodar del balón. Se junta con el resto, porque es donde siente que su voz se aprecia y que además reconoce que el valor de estar ahí es inapreciabl

Hoy jugaron dos equipos, sin embargo y como siempre lo he dicho; la historia es escrita por los vencedores y en muy pocas ocasiones, lo es por los perdedores.

Por un lado un equipo que se colocó como el superlíder del Torneo y que además traía consigo la ilusión de un bicampeonato.

Del otro lado de la cancha; un conjunto que a pesar de tener solamente dos años de haber conseguido regresar al máximo circuito del fútbol mexicano, demostró que aprendió de la situación nada agradable que es jugar en la liga de Ascenso y que con un grupo de jugadores que "juegan" de verdad a un fútbol ofensivo y poco visto en nuestro país, han logrado lo que pocos han hecho: conseguir un título aún con las circunstancias antes descritas.

Mi reconocimiento para todos mis amigos que apoyaban a cualquiera de los dos equipos. Es en estos momentos donde se ve premiado ese deseo por vivir, y junto a sus símiles también compartir la derrota de su equipo. Es donde se conoce a fondo el arte de sufrir; en lugar de estar anestesiado como el hombre que prefiere el negocio y el aspecto económico de un deporte que trae sorpresas y aprendizajes muy significativos en la vida de los verdaderos hinchas y aficionados.

noviembre 08, 2013

Mismo color, mismo sentimiento...una historia diferente

La juventud no está hecha para el placer sino para el heroísmo. 

- Paul Cladel

Inquietos, temerarios, con espíritu de aventura, dispuestos a desafiar su presente y forjar su futuro; con el valor de lograr ser quienes son a pesar de las criticas, de las circunstancias y de los escépticos. 

Contar con la capacidad de abrir nuevos caminos frente a sí mismos, probar lo nunca antes intentado o bien innovar lo ya realizado, ser libres y dirigiendo sus vidas al destino que han elegido.

Ser joven significa en gran parte todo eso.

El escenario pintaba para un partido con miras a resarcir el daño causado por el rival, en los primeros embates. El resultado; trágico pero con mucho que rescatar. Futbolísticamente, nuestro país no vive los mejores momentos. Estamos a la espera de dos encuentros que decidirán si la Selección Mexicana obtiene o no un boleto para incursionarse el próximo año a tierras brasileñas y mostrar su rendimiento frente a los mejores. Pero ellos…ellos son otra historia. La que nos ocupa está noche ha sido basada en una serie de travesías que nos han permitido soñar por un rato más y que nos han devuelto durante 90 minutos esa ilusión que nos fue robada recientemente.

Nuestro sueño no será perturbado por selecciones como Irak, Suecia, Italia, Brasil y más recientemente; Argentina.

La Selección Mexicana Sub 17 (campeona mundial dos veces en dicha categoría) se ha levantado de un duro golpe ante su similar Nigeria, tras haber iniciado con el pie izquierdo este torneo y luego de recibir nada más y nada menos que seis goles en la portería tricolor. ¿Escépticos de que se pueda levantar tras una derrota así? Muchos. Y no es para negarlo, pero nuestra naturaleza empírica nos lleva a eso. La experiencia que hemos tenido con la Selección mayor nos hace ver que unos simples chavos no van a lograr salir de ese estancamiento inicial y menos contra selecciones de otro nivel. 

¡Oh bendita sorpresa! ¡Oh bendito fútbol! Esos chavos, esas personas sin experiencia y sin el conocimiento que la vida misma nos otorga, nos han dado una lección valiosísima. Han sobrepasado todas las pruebas que se les han puesto y se han logrado colocar una vez más en la mismísima final. 

Consiguieron colocarse en el segundo peldaño de su grupo y después atravesaron las líneas de fuego impuestas por Italia, Brasil y Argentina, para lograr lo que pocos creían y aplastar el paradigma de lo que muchos decían: llegar hasta la final, lo cual les ha valido el reconocimiento y por qué no las críticas de algunos “profesionales” que han afirmado que “no es lo mismo”.

Y vaya que tienen razón. No es lo mismo, ni siquiera se asemeja a lo experimentado a nivel superior. Pero aún así han demostrado ser mejores que algunos de esos profesionales. El cómo, ni yo mismo logro concebirlo completamente, pues sólo veo una cosa que distingue a esos jóvenes aventureros: la ilusión en sus pupilas.

Gudiño, Wibias, Terán, Rodríguez, Hernández, Aguirre, Rivas, Govea, Jaimes, Díaz, Ochoa…nombres que serán recordados por mucho tiempo. Quizá algunos se lleguen a perder, pero es tarea de cada uno de nosotros otorgarles la importancia que se merecen y el agradecimiento por enseñarnos que sí podemos, que si caemos la vida nos da la posibilidad de levantarnos, de mostrar un mejor rostro a la adversidad y de no intimidarse ante los rivales y obstáculos que se pongan enfrente.

Esos jóvenes guerreros, soñadores, aventureros, alegres, impetuosos y conscientes del peso que llevaban no por una simple camiseta, sino por el significado, el orgullo y las millones de almas que representan, dieron todo de sí y sin embargo se toparon con su primer rival el cual les encajo tres goles para coronarse como nuevos campeones del mundo y obligando así a los primeros, a ceder el trono dorado que obtuvieron por última vez en 2011.

Si bien se desesperaron al ver ese escenario, las aspiraciones y metas, los sueños y objetivos que cada uno de ellos guarda dentro de sus corazones, las imágenes y los rostros de sus compañeros, amigos y hermanos en el fútbol y que han conseguido grabar en sus memorias, serán la respuesta que haga posible lo imposible…no podrán dejar de ser jóvenes.

Vayamos a dormir contentos y con una chispa de esperanza. La tristeza, no cabe en este momento, pues once jóvenes nos han mostrado que hay futuro, que tenemos posibilidad de cambiar las cosas si creemos fielmente en nuestros objetivos, en nuestras metas y si conseguimos esa concreción de ideales. Sólo así podremos devolver esa pasión a nuestros espíritus y por qué no, volver a sentirnos jóvenes una vez más. 


octubre 18, 2013

El fútbol que merecemos



Se dice que en una conversación no se debe hablar de política, religión, ni de fútbol y creo que es imposible hablar de los tres al mismo tiempo por obvias razones de que el Vaticano no cuenta con una selección o una liga o un solo equipo de fútbol. Pero la política si puede intervenir en los otros dos ámbitos y es lamentable que hoy tenga que hablar de fútbol y política a la vez.
 
El fútbol es un deporte de alegría, de pasión, de emociones, de entusiasmo, de garra, de honestidad y de valores; sí, ese tipo de cosas que no se ven en la política o que por lo menos no se vislumbran, sino por el contrario sólo se deja ver a la luz la corrupción, la dejadez, la pereza, la apatía y todo tipo de antivalores.
 
¿Y por qué no abrimos los ojos y dejamos ver que ese tipo de antivalores están ahogando al fútbol mexicano? El fútbol mexicano ha dejado de ser un deporte y ha pasado a ser sólo una mercancía. A los dueños de los equipos no les importa nada, sólo el dinero, y es válido hasta cierto punto porque son sus intereses, sin darse cuenta que podrían obtener mayores recursos con una liga más competitiva. Sólo basta una llamada de los altos mandos para pedirle a Estados Unidos que nos hagan el favor de meterle gol a Panamá porque México es incapaz de hacerle un gol a Costa Rica, porque el “Gigante de Concacaf” ha pasado a ser un equipo mediocre al que nadie le tiene miedo, al que se le ha perdido el respeto.
 
Los jóvenes futbolistas no se dan cuenta del gran peso que llevan en sus espaldas, no es echarse al hombro el equipo, es echarse a toda una nación, porque toda una nación está confiada en ella, porque a pesar de los problemas familiares que puede haber en un núcleo familiar, al llegar la noche esperada, toda la familia se reúne para ver a sus ídolos hacer lo que se supone saben hacer, jugar fútbol y transmitir alegría. Porque a pesar de la larga jornada laboral llegan a casa con la ilusión de ver a “su” selección ganar. Porque a pesar de la inseguridad, los jóvenes salen a los bares a convivir y alegrarse con el gol anhelado de su jugador favorito. Porque a pesar de la economía que vive el país queremos seguir viendo el fútbol.
 
Pan y circo decían los romanos, pan y fútbol dicen los contemporáneos, a final de cuentas tenemos lo que merecemos. Tenemos un gobierno que nos ahorca por no exigir, por no conocer nuestros derechos, por no buscar el bien común, sino el bien personal; porque es más cómodo, porque sería bueno que los demás lo hicieran. Pasa lo mismo con el fútbol, seguimos llenando el Estadio Azteca para ver a 11 jugadores que se sienten de la élite mundial, jugadores que practican en Europa y llegan con el pecho inflado, tenemos una liga mediocre porque cada fin de semana aumenta el rating de las televisoras, seguimos comprando playeras de los jugadores y cumpliendo berrinches de cualquier índole.
 
El pueblo mexicano necesitaba un aire para respirar tras semanas difíciles de paros a causa de maestros; angustias sobre la reforma hacendaria; incertidumbre con respecto a la reforma energética; inestabilidad por la reforma educativa; y tu Chicharito no pudiste meter un gol con la portería abierta y sin portero, tu Rafael Márquez no supiste liderar un grupo, tú Guillermo Ochoa te jactas de parar tiros de Ibrahimovch pero no pudiste parar dos goles de los ticos, tu Giovani Dos Santos no tuviste humildad, tu Chaco Giménez no supiste corresponder el favor, tu Víctor Manuel Vucetich no tuviste voz de mando. No pudieron regresar un poco de felicidad al pueblo mexicano.
 
Es momento de dejar de apremiar el fútbol mexicano.
 
Para concluir sólo quisiera dar un mensaje a Carlos Vela, quien al parecer había previsto ésta situación y se ahorró la vergüenza. Amigo Carlos Vela: no te preocupes, probablemente no verás el mundial sólo en tu casa, otros 23 te acompañaran.



Autor: Andrés Mauricio Cuevas Torres

octubre 16, 2013

México, ¡despierta ya!



¿Soberbia, falta de humildad, exceso de confianza, sentimientos de superioridad? ¿Qué es lo que ha llevado a nuestra Selección Mexicana de Fútbol al escenario que hoy enfrenta? Francamente estas preguntas ya las había formulado en crónicas atrás; sin embargo, creí que con el transcurso del tiempo las cosas iban a mejorar aunque sea un poco. Desafortunadamente no fue así. La Selección Mexicana se resignó a jugar mal y a ganar como sea. Pero incluso así la victoria solo fue una y aunque se dio gracias a un espectacular gol de “chilena” por parte de Raúl Alonso Jiménez, el desempeño se vio igual o peor, debido a que ni en casa podemos mostrar un verdadero espectáculo para los miles de aficionados que se dieron cita para apoyar al Tricolor.

Pero sigue latente la misma pregunta que nos aqueja cuál dolor de muela: ¿por qué? La respuesta implica hacer un análisis a los diversos factores físicos, psicológicos y emocionales que llevaron al Tri al lugar en donde hoy se encuentra. Hago mención al equipo, porque tenemos que recordar que aquí no tiene la culpa un jugador sino todo el conjunto, asimismo cae en responsabilidad la directiva técnica de la Selección, la Federación Mexicana de Fútbol y por último, la propia afición.

La gravedad en cuanto a quién es más culpable; esa la dejó a la historia que se encargará de juzgar a los culpables de uno de los problemas más grandes en que se ha metido el fútbol nacional.

Sin embargo, ahora haré un análisis diferente al de otras lecturas. Para ello quiero citar un comentario que escuché en televisión, en un programa de deportes (especializado, y no como aquellos que se encargan de alabar e inflar a jugadores de manera negativa) en el que uno de los panelistas mencionó lo siguiente:

“El fútbol es el reflejo exacto de la situación que se vive en tu país”.

Marchas constantes en las que el concepto de derecho se ha visto transgredido por la falta de coordinación y organización por parte de los grupos en desacuerdo a leyes que han sido creadas para establecer un cambio en el sistema educativo mexicano; un aumento desmedido en los impuestos que ahoga y asfixia a los que menos tienen y enriquece a los que tienen más; una reforma energética que ha causado dudas sobre su forma de operar y administrar el recurso más valioso que tenemos; una desigualdad arraigada en nuestras vidas y que ha ocasionado un individualismo cada vez mayor; parece terrible o incluso es semejante a un filme de terror, pero esa es la realidad actual de nuestro país.

Por todo lo anterior creo que si el país se ve lesionado en la mayoría de sus ámbitos de desarrollo, en consecuencia lo estará el deporte nacional. Lo negativo de estos factores es la gravedad de las circunstancias en las que estamos viviendo, las cuales influyen de manera directa o indirecta en  nuestras vidas. Eso marca el ritmo de cada aspecto que queremos desarrollar en nuestro país.

El impacto de ver a nuestra Selección depender de otros para clasificar (a repechaje, que es más vergonzoso), de ver cómo llegan con posibilidades de ir al Mundial de 2014 sin méritos o con pocos y contados esfuerzos, de ser testigos de que no se ve una furia o un poder de reacción que los saque del bache en el que se han metido; hace que los ciudadanos y la población en general no aspiren a ser autores de cambio en el estilo de juego sociopolítico de nuestro país, aceptando lo vigente que es, al final de todo lo que permite ingresar en la verdadera esencia del buen vivir, y así en entrar en la inaceptable complicidad de no ser partícipes para poder cambiar al mundo.

Esa es la razón a la cual debemos aspirar cada uno de nosotros. Eso engloba el fin de todo esfuerzo que hagamos dentro de nuestra sociedad.

El fútbol es el perfecto distractor de nuestra verdadera realidad. Muchos dicen que es el “pan y circo” que el Gobierno ofrece para alejar nuestra vista de los temas que importan y que son esenciales para el crecimiento. En mi opinión, difiero de esos comentarios. Creo que el fútbol te distrae de la realidad pero lo hace de una manera temporal y no total. Es tarea de cada uno buscar un equilibrio en todos los aspectos que rodean nuestras vidas. Podemos ser partícipes de tan hermoso y sublime espectáculo protagonizado por esos once jugadores sin perder de vista nuestros deberes y obligaciones como ciudadanos.

Además, cuando se juega con pasión y corazón, cuando se hace con entusiasmo y sin perder de vista que es un juego y que lo importante es divertirse (cosa que hoy en día se ha perdido, viéndose ahora como un medio de producción más), no importa el marcador que se obtenga, lo importante es saber que dimos lo que teníamos que dar e incluso un poco más, que no nos resignamos y que luchamos hasta el final; eso hará que el reflejo en la sociedad en la que vivimos mejore por lo menos un poquito.

Esto se encierra en una relación simbiótica, en la que por un lado está la afición (la verdadera, la que se queda hasta las últimas consecuencias, la de “hueso colorado”) y en el otro lado, su equipo; el cuál debe de mostrar el mejor esfuerzo puesto que debe de aprender que su desarrollo, su triunfo o su derrota se vive en relación a la fuerza del aplauso.

Es momento de que los actores de este espectáculo despierten de ese sueño criogénico en el que se han quedado estáticos. No con esto quiero decir que los próximos dos partidos de repechaje vayan a lograr un cambio enorme, pero si por lo menos que mejoré la imagen que han adoptado en los últimos meses. Deben de tomar verdadera consciencia de que no son ellos solamente los que sufren o festejan, detrás de ellos está el alma, la alegría o bien, el dolor de cada mexicano que ha confiado parte de sus sueños de ver a su Selección representarlos en la gran fiesta del fútbol.

Ayer villanos, ojalá mañana héroes. 


septiembre 15, 2013

I've gotta be me (Tengo que ser Yo).



Lionel Messi, LeBron James, Usain Bolt, Yelena Isinbayeva, Roger Federer, Tom Brady, Valentino Rossi, María Sharapova, Tiger Woods, Sebastian Vettel. Todos ellos grandes deportistas en los distintos escenarios en los que se desenvuelven. 


Pero, ¿Qué los ha llevado a esos lugares, a estar en el Top Ten de los mejores? La respuesta es lógica: el arduo trabajo, el esfuerzo constante y la experiencia. Han sabido sortear los peligros y los obstáculos que en ese camino se han presentado y que en ocasiones han tratado de minar sus pasos. 


Está noche hemos visto el inicio de una nueva historia dentro del mundo del deporte. Una figura se ha logrado posicionar entre las mejores y será difícil ver que lo bajen del pedestal en el que ha conseguido colocarse…por lo menos durante lo que duré su reinado. 


De descendencia boxística, Floyd Mayweather Jr., es considerado actualmente como el mejor libra por libra gracias a una técnica muy depurada, unos desplazamientos constantes a lo largo del ring y por controlar el ritmo del combate a voluntad. Inicio su carrera profesional al vencer en dos asaltos y por KOT a Roberto Apodaca en 1996. Dos años más tarde fue en busca del Título Mundial Superpluma CMB para lo cual enfrentó al campeón Genaro Hernández. Tras 8 asaltos vencía por KOT, adjudicándose el Título Mundial Superpluma CMB.


Luego defendería ese título en ocho ocasiones (las cuales ganó) para así dejarlo vacante y cambiar de categoría.


Tras dichos inicios, enfrentó a José Luis Castillo en dos ocasiones en las que se alzó como vencedor y Campeón Mundial Ligero CMB. Defendería dicho título en otros tres encuentros para luego abandonarlo y cambiar de categoría.


Ya en el título por el Campeón Mundial Superligero CMB, se enfrentaría al canadiense Arturo Gatti a quien vencería por KOT en seis asaltos.


El siguiente rival a vencer, Zab Judah en una pelea polémica en la que se involucró el entrenador y tío de Floyd, Roger tras insultar a Judah y subir ilegalmente al ring. El combate finalizó en el límite de los doce asaltos dejando un puntaje de 119-109/116-112/117-111 para el vencedor por Decisión Unánime y nuevo Campeón Mundial Welter FIB Floyd Mayweather Jr.


En el año 2006, Mayweather tomó la decisión de ir en busca del Título Mundial Welter CMB enfrentando al absoluto y reconocido monarca de dicho título el argentino Carlos Baldomir. Dicha pelea fue llevada a los doce asaltos, los jurados puntuaron para el vencedor por Decisión Unánime y nuevo Campeón Mundial Welter CMB Floyd Mayweather Jr., quién desafío públicamente a Oscar De La Hoya después de la pelea, saltando de categoría pero conservando el título que obtuvo de Baldomir.


Luego de 12 asaltos y con las tarjetas marcando a favor del norteamericano; el ganador por Decisión Dividida y nuevo Campeón Mundial Superwelter CMB era Floyd Mayweather Jr. De esta forma Mayweather se convertía en campeón de cinco categorías diferentes.

 
Y entonces después de vencer a De La Hoya, tomaba una decisión que sorprendió al público; Floyd anunciaba su retiro debido a una supuesta falta motivación para seguir en el boxeo.

Sin embargo en 2009 anunciaba su regreso al cuadrilátero y de qué manera. Nada más y nada menos que retando a Juan Manuel Márquez; uno de los mejores boxeadores mexicanos de hoy en día, quien fue campeón mundial en tres divisiones. En el segundo asalto, Mayweather derribó a Márquez con un certero gancho zurdo, el mexicano se reincorporó a la pelea. Floyd continuó lanzando golpes a Márquez, en un combate que se llevó los doce asaltos y que ganaría por Decisión Unánime.


El encuentro ante De La Hoya y luego ante Juan Manuel Márquez marcarían la pauta y el inicio para el Mayweather que hoy conocemos.


Mayweather conseguiría la victoria por decisión unánime ante Shane Mosley, el 1º de mayo de 2010.


Su siguiente rival a vencer sería Victor Ortiz. Ganó en el cuarto asalto en un descuido de Ortiz, cuando éste se trataba de disculpar con Floyd tras un cabezazo que le propino y para lo cual el estadounidense aprovecho que su contrincante tenía la guardia abajo mandándolo a la lona después de dos fuertes golpes al rostro.


El 5 de mayo de 2012 sería el duelo que Floyd considera como el más parejo que le ha tocado enfrentar. En el MGM Grand de Las Vegas se vería las caras contra Miguel Cotto, quién hizo sangrar por la nariz a Floyd, tras recibir un fuerte impacto en el sexto asalto. Ya para el onceavo asalto, y después de un cerrado décimo asalto, Mayweather empezó a imponerse, y en el doceavo asalto estuvo a punto de mandar al puertorriqueño a la lona. Las tarjetas se inclinaron hacia The Money Mayweather.


En su penúltima pelea enfrentó a Robert "El Fantasma" Guerrero en Las Vegas el 4 de mayo del 2013. El Pretty Boy se mostró en forma: infranqueable en defensa, rápido de pies y manos, y con precisos golpes de derecha que dañaban a Guerrero, quien especialmente en el octavo episodio recibió tres fuertes impactos. Finalizado el combate las tres tarjetas arrojaron una decisión unánime a favor de Mayweather Jr. 


Hagamos una pausa aquí para digerir todo lo que hemos descrito anteriormente. Retomemos una de las palabras y de los requisitos que enumeramos; y que han llevado a la figuras que nombramos al inicio a ser eso, figuras destacadas del deporte.


Experiencia, según la RAE, se refiere al conocimiento adquirido por las circunstancias o situaciones vividas. Si relacionamos esta definición con la información antes descrita podemos deducir fácilmente el porqué del resultado que hemos presenciado esta noche.


El 14 de septiembre de 2013 es una fecha que marcará el inicio de un nuevo caminar para Saúl “Canelo” Álvarez. El boxeador mexicano llegaba al encuentro que él mismo anhelaba. 

Sin embargo, omitió un pequeño detalle; la experiencia. Floyd Mayweather a lo largo de su carrera ha conseguido muchos títulos en el pugilismo, títulos que hoy presume por pelear ante grandes boxeadores y sin embargo, en cada pelea gana también más conocimiento y por ende más conocimiento.


Por su parte el tapatío ha tenido algunas peleas importantes, pero aún carece de una praxis similar a la de su contrincante. La diferencia de años (13) entre ambos nos podría indicar que el joven mexicano bien pudo haber ganado, sin embargo la historia ha sido escrita de diferente manera.


El veterano Mayweather mostró a plenitud su repertorio de boxeo en el que predominaba la táctica y estrategia que tanto lo identifican y mostrando su anticipación con los golpes del rival. Por su parte, el “Canelo”, quien tenía a su favor el respaldo de público concentrado en el MGM Grand de Las Vegas, nunca dejó de acosarle, pero el ansiado golpe contundente nunca llegó.


Y así tras doce asaltos, las tarjetas de los jueces marcaron una polémica Decisión Dividida entregando el cetro al estadounidense, quien conquistaba su cuadragésima quinta victoria en el pugilismo y dentro del cuadrilátero.


La historia nos muestra que ésta tiende a ser escrita por los vencedores, rara vez por los perdedores. Floyd Mayweather Jr., se ha convertido en el rey y titular indiscutible del boxeo mundial. Pero todo ello le ha costado un esfuerzo y dedicación especial. Su humor y quizá espectáculo que muestra pelea con pelea le han otorgado un estatus de “show man”, sin embargo, no ha perdido los pies de la tierra y ha puesto siempre la mira en lo alto sin olvidar el origen de donde proviene.


Historias de éxito conocemos muchas, pero pocas tan bien fundadas y motivadas como las de los genios del deporte que hoy hemos abarcado.


¿Qué enseñanza nos deja esto? Bueno, es claro que cada uno de nosotros debe esforzarse y luchar cada día para salir adelante. Sé que no seremos como estas figuras de la noche a la mañana, pero está en cada uno de nuestros actos el permitirnos dilucidar la oscura niebla que en ocasiones, los muchos obstáculos generan en nuestras vidas y así por momentos o por mucho tiempo, aprender a querer volar más alto poniendo los pies en la tierra.


Y ahora, ¿qué le espera a Saúl “Canelo” Álvarez? Lo único que le resta al tapatío es seguir aprendiendo. Continuar luchando y generar más experiencia. En mi opinión creo que no se puede llegar desde el punto A hasta el punto C sin antes haber pasado por el punto B. Y ese será el justo parámetro que nos lleve a ser triunfadores o a ser personajes que lo intentaron pero no lo consiguieron. En ese momento podremos encontrar nuevas luces, conectando el pasado con el presente para así hurgar en lo que ya fue y poder ojear en lo que queremos que venga; sin dejar de ser lo que siempre fuimos.