Y
es entonces, cuando alguien desaparece, y te llegan a los sentidos el
olor de su cabello en verano, la frescura de sus pecas en invierno, el
mensaje de su ropa… Es entonces cuando te preguntas si abrazaste lo
bastante a esa persona.
Inevitablemente uno mira a su alrededor para comprobar si está abrazando lo bastante a quienes le rodean e importan. Y comprende que hay mucho abrazo vano y mucho besuqueo en el aire, pero que nos falta acercar el pecho, darse con la mano en la espalda uno de esos toques profundos, una de esas transmisiones de afecto que el otro metaboliza y que le acompañan por siempre.
#LeónInspirador